Alto Rendimiento

Por: Juan Miguel Quiroz, COO y Co-founder
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¡El futuro hoy! ¡Aquí y Ahora!
Como un nacido dentro de la generación X he tenido la fortuna de ver el crecimiento, influencia y alcance de los computadores en todos los niveles de nuestra vida y con ello, a un nivel más personal, el por qué de muchos de mis gustos y preferencia a nivel tecnológico. Todavía tengo el recuerdo vivo de mi primer procesador Intel 386sx y todo lo que podía hacer con sus poderosos 33 MHz y de como por esa misma época AMD empezó a surgir como competidor directo que a nivel de arquitectura no distaban mucho pero si en precio.
En sus siguientes generaciones se abrió el debate, no solo tecnológico sino de gustos, de cual era el mejor a nivel de usabilidad y rendimiento sino de cuál era el más económico y sus respectivas implicaciones. Pero para mí, siempre se redujo a que quería hacer con mi computador y de acuerdo a eso, cada marca siempre ha tenido sus pros y sus contras; por ejemplo, para principios de nuestro actual milenio, Intel era dueño y señor del mercado de servidores y equipos de escritorios y la generación Pentium estaba en su esplendor en Latinoamérica, sin embargo, AMD con su K6 impresionó al mercado con su rendimiento similar y bajo costo. Sin irme al nivel técnico sino de incidencia en la sociedad, el principal pro de Intel era que si no tenías conocimiento de cómo armar tu propio equipo y el dinero suficiente, podías acceder fácilmente a tener este naciente artículo de primera necesidad, mientras que el pro de AMD era, y para mí su principal punto de apoyo durante esta época; que con conocimientos básicos podías armar tu propio equipo por mucho menos dinero y de características muy similares a los que había disponible el mercado. Aquí vi como nacía la democratización de la tecnología y como en los siguientes años se masificó y popularizó el uso de un computador.
En este momento de nuestra historia hemos visto como la ley de Moore se ha cumplido a cabalidad y que de acuerdo a esta, Intel ha mantenido su liderato por muchos años, no solo a nivel de arquitectura sino de rendimiento y confiabilidad. Actualmente Intel y su modelo monolítico de procesamiento ha sido imperativo para que la tecnología litográfica de impresión de microprocesadores haya alcanzado niveles que nunca pensamos posibles, pero desafortunadamente esto ha presentado un reto importante en su construcción. De ahí que Intel en su línea de servidores haya presentado en los últimos años demoras importantes en su entrega y distribución y que al final redundan en un mayor costo y tiempo de espera. De ninguna manera se puede negar que esta arquitectura ofrece mayores niveles de velocidad en el procesamiento y que su dependencia a las velocidades pico de la memoria RAM sea casi nula; sin embargo, a nivel de crecimiento vertical presenta un reto casi imposible de cumplir.
AMD ha tenido altas y bajas con sus distintas arquitecturas no solo en temas de rendimiento sino de consumo energético y por supuesto de temperatura, pero para la generación ZEN presentó un modelo MCM (MultiChip Modules) que es grandioso a nivel financiero y además simplifica su modelo de construcción y escalabilidad y de ahí que ha logrado aventajar a Intel en su liderazgo del mercado. Este modelo no solo permitió que mejoraran su tecnología de impresión de microprocesadores a 7nm en sus ultimas versiones, sino que también permite que el procesamiento múltiple se desarrolle de manera óptima; sin embargo, la dependencia de la memoria RAM para alcanzar sus mayores velocidades de procesamiento es mucho más alta que la de su competidor.
Por otro lado, el almacenamiento siempre ha sido una parte clave en el rendimiento general de un sistema ya que al final no importa mucho si tenemos el procesador más potente del mercado con un paquete de memoria de alta velocidad, si cuando debemos leer o escribir datos tenemos una unidad mecánica de 5400 rpm. El reto de tener una unidad de almacenamiento de alta velocidad, amplio almacenamiento y larga vida no esta cercano de concluir, teniendo en cuenta las nuevas tecnologías de conectividad y protocolos asociados, sin embargo el avance ha sido considerable. Cuando miro mi primera USB de 32 MB recuerdo cómo me parecía un espacio imposible de llenar; sobre todo, porque yo venia de usar discos 5.25” DD y los revolucionarios pero no menos dolorosos discos de 3.5”. Mientras que ahora saber que si mínimo no tenemos 1TB de espacio libre, nos quita el sueño.
La fiabilidad de un disco de almacenamiento siempre ha sido una incógnita casi imposible de resolver y de ahí como se ha dado su evolución a través de los años. El viejo y confiable disco mecánico siempre nos ha dado la seguridad de no fallar y perder nuestra información, pero al pasar de los años esta variable tiende a 0 de una manera geométrica y de aquí que se popularizaran muchos métodos de respaldo que hasta el día de hoy todavía muchas empresas usan. Pero esta tecnología siempre ha tenido su cuello de botella respecto a su protocolo de comunicación y acceso a los datos, lo que al final nos da como resultado altas latencias y encolamientos y por ende un bajo rendimiento.
El boom del almacenamiento SSD revolucionó no solo como podíamos mejorar el tiempo de acceso a los datos sino abrió una puerta a los nuevos protocolos de acceso a la información que nos permitieran tener colas de acceso múltiples; que se nos limitaban en tecnologías anteriores, pero esto generó un nuevo reto tanto en tamaño como en fiabilidad. El tamaño ha venido evolucionado de manera muy rápida con nuevos tipos de componentes pero la longevidad todavía es un capítulo inconcluso.
Cuando pensamos en un sistema de nube lo que primero siempre a la cabeza es recursos casi infinitos a nivel de procesamiento, memoria y almacenamiento; y con esta premisa, Kuasar esta apalancado en Procesadores AMD EPYC de última generación que soportados en un paquete de memoria alto rendimiento DDR4-3200, nos permite ofrecer uno de los mejores productos a nivel de cómputo no solo para tareas y servicios del día a día sino también para tareas que requieran altas velocidades de repuesta y procesamiento, además de contar con discos de la generación más reciente NVMe U.2 que nos permite desarrollar velocidades de escritura de hasta 530 MB/s de manera paralela.
Yo vivo en el futuro de lo que imaginé cuando niño y de todo lo que la tecnología me podía ofrecer y me iba a permitir hacer; aunque todavía estoy esperando que Automan le ordene a cursor que me construya un Lamborgine Countach al instante, al final vivo consciente que la constante evolución e influencia de nuestro medio y como nos relacionamos con este, nos hace quienes somos y de como decidamos retroalimentar esta relación dependerá nuestro futuro y como mi papá siempre me ha dicho desde que empecé a relacionarme con la tecnología: “Todos los días hay algo nuevo y si no estás al día te quedas del resto”.